29 de septiembre de 2013

El señor Dante

En el barrio lo conocíamos como Dante. El loco Dante; Dante, el borracho; el viejo Dante o Dante (con el gesto del índice en la sien). Nadie supo nunca de dónde venía ni su verdadera edad. Algunos decían que era un boxeador que había enloquecido por los golpes en la cabeza; otros afirmaban que había sido abogado y que una mujer lo había dejado en la miseria. La señora del peluquero de mi mamá quería que lo encierren, para seguridad de todos. Unos pocos aseguraban que era inmortal.

26 de septiembre de 2013

Escritura de un atardecer

La primera vez que vi una imagen aérea del partido de La Costa lo hice desde la azotea de un edificio. Ese día también tomé conciencia de qué cosa era una manzana (la urbana, no la fruta). Fue al atardecer, el sol y toda la ciudad estaban naranja, los árboles, los autos y las casas parecían de juguete. Las calles eran hilos que tejían una trama de cuadraditos que iban oscureciéndose a medida que yo subía la mirada al horizonte.

En ese momento, abajo, pero lejos de allí, unos nudillos suaves, nudillos de hombre fino, golpearon la puerta de una casa oscura. Cuando la puerta se abrió, el hombre vestido de traje metió la mano en el maletín que traía consigo y entregó a una mujer una carta. La mujer, que era mi mamá, lloró.

23 de septiembre de 2013

Eustaquio, el peronista

Cuando llegué a su casa, Eustaquio salió a recibirme con la rapidez que le permitió su edad. Abrió la tranquera de palos y tendió la derecha ajada y seca. Con una sonrisa mansa miro fijo a mis ojos, que lo miraban. El tiempo había arqueado su espalda, como si pesara, y al trabajo duro no le costó mucho tajear para siempre sus dedos.

22 de septiembre de 2013

Muñecas rusas

La Sonrisa de Mamá, aparte de una película mediocre es un programa municipal destinado a madres solas con menores a cargo. El objetivo fue la rehabilitación bucal de más de mil mujeres que incluyó arreglos, extracciones y colocación de prótesis.

Lo que sigue es una entrevista a Nelly, destinataria de ese programa. La escribí hace mucho, cuando el programa era un rumor y, por alguna razón que no recuerdo, la sepulté inédita en el fondo del segundo cajón del escritorio.